viernes, 6 de febrero de 2009

COMPETENCIAS EN EL TERCER MILENIO

El avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología durante y sobre todo al final del siglo XX dio como resultado que los modelos educativos se volvieran obsoletos, sorprendieron a padres y profesores ya que no estaban preparados para absorber los avances de modo gradual equilibrado y positivo. Hoy se ve la necesidad de un sistema de educación cuyo papel no sea solamente ponernos en condiciones de comprender un pasado relativamente estable y un presente inestable, donde el papel protagónico del docente pasa a ser el de facilitador del grupo escolar. Si bien es cierto que con estos avances tecnológicos podemos encontrarnos con una herramienta más innovadora con lo es el uso de la computadora, la misma que nos permite un gran avance, ya que su rapidez a través del internet nos puede unir con el resto del mundo ya que no podemos apartarnos de estos avances.
La educación hoy en día sigue evolucionando día a día, la Reforma Educativa al sistema de bachillerato, radica en presentarnos a un joven más abierto al cambio, es decir prepararlos con las competencias genéricas, disciplinares y profesionales, que abrace un pensamiento universal, que despierte en el conocimientos, habilidades y actitudes que son requeridos en el contexto laboral.

Sin embargo las competencias para la vida no deberían limitarse a preparar jóvenes para el trabajo sino también de manera igual reforzar sus competencias a fin de ayudarlos a enfrentar los riesgos de la mira actual como la drogadicción, el alcoholismo, el sida, la violencia etc. Así como responder eficazmente a los contextos y tensiones a los cuales se enfrentan, día a día en el seno de la sociedad.

Un enfoque educativo para desde las competencias para la vida implica un cambio de paradigma a propósito del papel mismo de la educación, dicho cambio se da entre otras a la evolución del papel de la familia y de las comunidades las cuales antes eran transmisoras de competencias y de valores. Las escuelas cuando enseñaban dichos valores lo hacían casi siempre a través del currículo oculto. La traducción de competencias para la vida como objetivos definidos en el curriculum en prácticas educativas concretas representa un gran desafío y es necesario elaborar un definición operacional, que pueda conducir y dinamizar la acción política, ejerciendo también un impacto real en la práctica de la educación dentro de las escuelas. La pedagogía requerida para la internacionalización de nuevos valores y comportamiento requieren una gran inversión de tiempo de instrucción, puesto que los alumnos deben practicar sus nuevas competencias para adquirirlas o discutir y realizar un trabajo de reflexión personal y colectivo para identificarse con sus nuevos valores.

Las competencias para la vida deben ser relevantes, para la vida futura de los estudiantes como para sus necesidades presentes, para lógralas requiere de docentes calificados dotados de competencias interdisciplinarias, de otros educadores y actores de la sociedad. En cuanto a recursos didácticos el material es insuficiente y los abordajes más directamente ligados a la práctica y a la interactividad, basados en la experiencia personal y en la experimentación.

El proceso de reforma curricular necesario para la introducción de un enfoque desde las competencias para la vida o para el reforzamiento de dicho enfoque, en el currículo existente requerirá esfuerzos importantes por parte de la comunidad escolar gestores, docentes, padres y madres y de los jóvenes que deberán ajustar sus expectativas y adaptarse a un nuevo abordaje.





Elaboro: Ing. J. Jesús Esquivel Cisneros
Lic. Jaime Cuevas Gama
Lic. Cristina Delgado Sánchez